Hacia un reordenamiento territorial, nuevos departamentos. Surcaribe, capital Aguachica.

Introducción

La iniciativa del nuevo departamento, con capital Aguachica, hace parte del pensamiento de una paz con justicia social. En su texto Cartas de batalla, Hernando Valencia Villa[1] dice: “Porque Colombia tiene todavía un conflicto pendiente entre centro y provincia, entre centralismo y regionalismo, que no ha sido afrontado de manera efectiva por las políticas estatales y que no puede ser resuelto mediante mandatos constitucionales o iniciativas capitalinas”.  Impulsar un reordenamiento territorial, es uno de los objetivos del actual gobierno. Tal cual como lo interpretaba nuestro sociólogo Orlando Fals Borda[2], es reconstruir los territorios para mitigar las precarias situaciones de los pobladores de la Colombia aislada, donde el Estado es un ausente.

 

Antecedentes de las regiones sures de Bolívar y Cesar

Una vez sancionada la constitución de 1886, se produjeron sendas confrontaciones sociales. Para cerrar el siglo XIX y a inicios de siglo XX, se vivió la guerra civil más cruenta de nuestra historia colombiana, la Guerra Civil de los Mil Días. En el siglo XX se termina de segmentar la organización territorial de los departamentos de la nación, fragmentación que no tuvo en cuenta aspectos culturales, económicos, sociales y menos aún ambientales.

 

Los Estados Soberanos de Bolívar y Magdalena dieron origen a dos grandes departamentos: Bolívar, en el rico valle oriental de río Magdalena, y Cesar, en igual bello y maravilloso valle oriental del mismo río. En la segunda centuria del siglo XX, los pobladores de estas subregiones del Magdalena Medio, vieron como las autopistas viales, férreas y aéreas impulsaban el desarrollo económico del país. Sin embargo, la autopista que originó el gran país, el río de la Magdalena, moría lentamente: la navegación en extinción, la contaminación terminando con la pesca artesanal, la explotación minera irracional envenenando el caudal de la gran Magdalena, los grandes monocultivos colmatando ciénagas y allanando nuestro río. Ausente toda política para que los pobladores de los valles pudiesen mitigar el hambre y su precaria existencia económica y social. Las capitales, Cartagena, Santa Marta y luego Valledupar, desconociendo las necesidades básicas de los ricos-pobres municipios sureños.

 

 

Riqueza vs. pobreza

Se ha considerado que los municipios que conforman la subregión de los sures, de Bolívar, Cesar y Magdalena, son pobres. Esta región del Magdalena Medio es supremamente rica. Existen yacimientos de hidrocarburos, de minerales, suelos calificados como los mejores del país, y la mejor autopista, el maravilloso río, pero con algo especial: sus pobladores[3]. Orlando Fals Borda, como sociólogo, llamó a sus gentes como pobladores anfibios: “La cultura anfibia es aquella que interactúa con el agua y la tierra”. Es conocida la cultura Zenú por su prodigioso dominio y excelente utilización de las crecientes de sus ríos para abonar sus cultivos. Las crecientes no eran un desastre, eran una bendición para el abono de sus tierras.

 

Igual los pobladores actuales son pescadores artesanales, campesinos que con su laboriosidad producen su pancoger para el autosostenimiento, los mineros artesanales igual explotan para sobrevivir; en fin, quienes viven en los caseríos riaños padecen de un bien vivir. Las necesidades básicas no sin satisfechas. El centralismo capitalino es aplicado por el centralismo de las capitales departamentales, y las capitales municipales hacen lo mismo con corregimientos y veredas.

 

Propuesta: hacia un reconocimiento territorial con perspectivas de equidad social en la búsqueda de la paz

Cuando se propone un nuevo departamento, como la iniciativa Surcaribe, es la búsqueda de un equilibrio natural en el territorio. La propuesta de Aguachica como capital es clamor de los pobladores para la prestación de los servicios esenciales, como salud, educación, agua potable, vías, vivienda, conectividad, electrificación, y para que las actividades cotidianas puedan estar a la mano de los habitantes de la subregión. El mapa muestra la cercanía de todos los municipios, en equidistancia con la capital Aguachica.  Se aspira a que el nuevo ente territorial pueda cumplir con el sueño de la unión de los valles a través de puentes sobre el rio Magdalena, hospital regional que logre superar el “viaje de la muerte” de los pobladores, universidades que permitan estudios superiores pertinentes a la subregión, con centros de investigación sobre el agua, suelos, flora y fauna que hagan crecer la productividad de la región. Es la riqueza que no se ha puesto en desarrollo por el excesivo centralismo y desconocimiento de la región del Magdalena Medio. Próximamente estaremos en audiencia pública, en el congreso de la República, para dar a conocer nuestra iniciativa Surcaribe.

 

En evento realizado el 26 de septiembre del año en curso en Aguachica, en el marco de los diálogos regionales vinculantes promovido por el gobierno central, donde asistieron  el director de Planeación Nacional, Gabriel Restrepo, el asesor del mismo organismo,  Cesar Ferrari, y el director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), Mauricio Lizcano, con la asistencia de 25 municipios del área de influencia, se dio a conocer la iniciativa del nuevo departamento: la transformación de la Universidad Popular del Cesar (UPC) en la Universidad Científica y Social, y el embalse de la quebrada Buturama y otros proyectos de envergadura regional, siendo bien acogidos por los representantes del alto gobierno.

 

Este mapa adjunto presenta el nuevo ordenamiento territorial de sus municipios, corregimientos y veredas del nuevo departamento Surcaribe.

Mapas 1 y 2. Diseño de mapa de ordenamiento territorial del nuevo departamento Surcaribe. Como está en construcción, puede suceder que se incluyan o retiren otros municipios. Fuente: Grupo de trabajo pro Departamento Surcaribe.

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[1] Valencia Villa, Hernando (1987). Cartas de batalla: una crítica del constitucionalismo colombiano. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia-CEREC, 184 p.

[2] Con textos como: (2008). La subversión en Colombia: el cambio social en la historia. Bogotá, FICA-CEPA, edición actualizada del libro original de 1967; (1979). Mompox y la Loba. Historia doble de la Costa. Bogotá, Carlos Valencia Editores; (1988). La insurgencia de las provincias. Hacia un nuevo ordenamiento territorial para Colombia. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia-Siglo XXI, escrito junto a Ernesto Guhl; o (2009). Una sociología sentipensante para América Latina. Bogotá, Siglo del Hombre, escrito junto a Víctor Manuel Moncayo.

[3] Orlando Fals Borda, llamó a sus gentes como pobladores anfibios.

Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad de Antioquia. Exrector de la Universidad Popular del Cesar, UPC

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