Sembrar el sancochito es una de las consignas que resume el trabajo de promoción de la Agroecología que realiza la organización Corambiente con familias campesinas de la región de Santander en Colombia. Es en traspatios productivos, casi siempre manejados por mujeres y para ello es necesario tener acceso a tierra, agua y semillas. Tener sancochito cultivado en el huerto significa tener seguridad y también soberanía alimentaria[1].
Corambiente es un sueño que se ha hecho obra, un sueño que fue y que continúa siendo, una obra que se construye día a día, en medio de los campos y de las manos que lo trabajan. Manos labriegas, manos cuidadosas, manos esmeradas…, y en gran parte, manos de mujeres campesinas que han encontrado en la agroecología una fuerza de empoderamiento, una fuerza transformadora que las impulsa a sembrar alimentos para sus propias familias, para la sociedad, comida para todos. Alimentos sanos que se traducen en ecosistemas sanos, en personas sanas, en sociedades sanas. Una apuesta por la diversidad de sabores y de saberes, por la reivindicación de la vida campesina.
Las asociaciones y en especial las organizaciones de mujeres campesinas que Corambiente acompaña, han desarrollado un proceso agroecológico como apuesta transformadora de vida, por la protección de la naturaleza y el fortalecimiento de relaciones sociales incluyentes, donde se reivindica y se potencia el conocimiento y el reconocimiento de las comunidades campesinas y su sabiduría. Trabajamos desde una propuesta de buen vivir colectivo (local y global), basada en principios agroecológicos, con una mirada interdisciplinaria y colectiva de saberes, con estrategias, metodologías y acciones encaminadas a mejorar diferentes aspectos de la vida y la economía campesina, como la tenencia y el manejo de la tierra, el cuidado y el uso del agua, el consumo, la producción, los saberes tradicionales y la tecnificación productiva, la organización comunitaria, la provisión de infraestructuras, la consolidación de mercados campesinos, la promoción de la participación ciudadana en todas las esferas que le competen, con un claro enfoque de derechos humanos, de derechos de igualdad y de género.
Nuestra propuesta agroecológica parte del fortalecimiento de la asociatividad y la promoción de la participación, como primer paso para transformar la realidad rural local. Contribuye con la generación de ingresos dignos, incentiva el diálogo de saberes y apuesta por la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
A partir de la identificación de necesidades colectivas, se han impulsado iniciativas que fortalecen estas economías campesinas:
- Los fondos solidarios para que las asociadas accedan a recursos de inversión a tasas cooperativas y con procedimientos sencillos y administrados por ellas mismas.
- Programa de asistencia técnica para la transición agroecológica, por medio del fortalecimiento de capacidades y habilidades a lideresas, que posteriormente realizan visitas y talleres de formación a las asociadas, promoviendo la agroecología y ampliando el grupo de mujeres comprometidas con el proceso.
- Implementación de un Sistema Participativo de Garantía, que incorpora el fortalecimiento de prácticas agroecológicas, prácticas de adaptación al cambio climático, transición energética y mejoramiento de vivienda.
Parte fundamental del proceso es el fortalecimiento de circuitos cortos de comercialización que acerquen productoras y consumidores; por eso desde el 2017 se conformó la Federación Campesina de Mercados Agroecológicos, con su mercado local “Mankka”, que funciona actualmente en la ciudad de Bucaramanga (calle 62 # 30-18, barrio Conucos, abierto viernes y sábado), donde se pueden adquirir los frutos de la producción campesina agroecológica.
Desde el año 2020, iniciamos un proceso de formación agroecológica para líderes y lideresas campesinas, con la Escuela Campesina Agroecológica (ECA) que, mediante metodologías virtuales y presenciales, propicia un intercambio de saberes y prácticas que fortalecen la agroecología y facilitan la vinculación de nuevas comunidades campesinas.
Se conformó el grupo de jóvenes “Minigua”, una iniciativa para el conocimiento y reconocimiento del territorio. Se ha despertado la curiosidad por la biodiversidad y el cuidado de las relaciones ecológicas entre los ecosistemas, encontrando alternativas económicas como el turismo ecológico en el que el avistamiento de aves, el senderismo y la contemplación de paisajes les brindan opciones para permanecer en su territorio.
La experiencia acumulada de Corambiente hoy se expresa como una propuesta transformadora del mundo rural desde la agroecología, no sólo como práctica para la producción sostenible de alimentos, sino en sentido más amplio como una apuesta por la vida, la protección de la naturaleza y la consolidación de relaciones sociales incluyentes, igualitarias, solidarias, democráticas que potencian el reconocimiento político de las comunidades campesinas.
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Las fotografías que acompañan el texto son proveídas por el autor, en su experiencia con Corambiente.
[1] Agroecología en el corazón. Cepagro. Brasil, 2022.