La inviabilidad de los proyectos extractivistas y el desplazamiento cultural

Es insostenible un modelo de desarrollo que se base en la explotación de recursos no renovables, como lo son los proyectos extractivistas. Las relaciones entre megaproyectos, geopolítica y desarrollo es la dinámica de poder en América Latina. Sus políticas energéticas están sustentadas en la construcción de numerosos megaproyectos hidroeléctricos, minería del carbón y explotación del oro en ecosistemas frágiles, como zonas de páramo. Esto aunado al despojo y a la destrucción del patrimonio natural, sin tener en cuenta los graves impactos que causan sobre la cultura, el territorio y la vida humana.

 

Quiero presentar tres casos de estudio ubicados en el territorio santandereano, donde tanto el soborno a la comunidad de base como la corrupción permeando instituciones y autoridades ambientales, son indicadores de poder de los megaproyectos, subvalorando impactos y con acciones incoherentes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

El macroproyecto Hidrosogamoso viene generando energía desde el 2014, licenciado en el 2000 y socializado hasta el 2009, en una polémica audiencia pública solicitada por la comunidad, con 111 ponencias, todas en contra del proyecto. Hoy en día se ha demostrado que no era claro el alcance de los proyectos productivos y la falta de garantía por el impacto del bioclima sobre el ecosistema agrícola tradicional de la región. El río Sogamoso hace parte del corredor biológico que conecta los ríos Suárez, Chicamocha, Magdalena y las ciénagas de Barrancabermeja y Puerto Wilches. Ese corredor se clausuró y hoy el embalse es un cuerpo de agua sin vida ictiológica, donde la profundidad de sus aguas no favorece el hábitat de especies nativas, con el grave impacto de la pérdida de territorio agrícola y soberanía alimentaria.

 

 

Hidrosogamoso demostró que el extractivismo no reconoce la tradición ni el arraigo del campesino, lo desplaza y destruye su propio modelo de desarrollo, irrespetando su cultura ancestral. Es una lucha entre dos modelos: el campesino, que protege las dimensiones de la vida y garantiza la existencia, y el capitalista, garante de la riqueza y la acumulación de capital.

 

El otro caso es el páramo de Santurbán, ecosistema de Alta Montaña donde el bosque alto andino, subpáramo y páramo funcionan en estrecha interrelación y armonía. Si se afecta alguna de sus partes, el ecosistema pierde su capacidad de regulador hídrico, debido a la explotación de oro. Este territorio se ha logrado defender gracias a la organización de un Comité de base, jurídica, técnica y socialmente unido, con más de diez movilizaciones durante más de una década por las principales calles de la ciudad de Bucaramanga, superando los cien mil marchantes en cada una.

 

Es un ejemplo de estrategia organizacional para evitar el licenciamiento, a pesar de las perversas intenciones del Estado y la empresa privada por explotar la zona con tecnología de punta en socavón. Aun así, los impactos sobre esta fábrica de agua serán irreversibles por la contaminación de los acuíferos, tal como lo demuestran los modelos hidrogeológicos conceptuales desarrollados por expertos. Los logros obtenidos hasta la fecha por el Comité en Defensa del Agua y Santurbán son ejemplo por la defensa del territorio. Los estudios de impacto ambiental de la empresa ejecutora no incluyen un modelo hidrogeológico conceptual que permita entender el funcionamiento estructural de los acuíferos, patrimonio del páramo Santurbán.

 

Un tercer caso, muy reciente, corresponde a un proyecto de explotación de carbón a cielo abierto y en socavón en la región netamente agrícola del Gran Chucurí, en los municipios de El Carmen de Chucurí y San Vicente de Chucuri.  Un proyecto recién licenciado para hacer explotación, sin socializar y con impactos a perpetuidad (ver resolución 574 del 22 de agosto de 2022 de la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS). Las comunidades no fueron consultadas en las decisiones sobre las medidas necesarias para la protección del ambiente sano, y en especial, de sus cuencas hídricas, el desarrollo económico, social, cultural de sus comunidades y la salubridad de la población.

 

No se aplicó el Principio de Precaución, porque cuando hay falta de certeza absoluta sobre el posible peligro de daño, se deben tener en cuenta los argumentos y decisiones que maximicen la protección ambiental y el interés general por encima del interés particular.

 

Esta nefasta decisión de la CAS generó una movilización y protesta de más de un centenar de ciudadanos chucureños y carmeleños, con el apoyo de organizaciones sociales y de derechos humanos, el pasado viernes 8 de septiembre de 2022, hasta el municipio de San Gil, terminando en un plantón frente a las oficinas de las CAS, respaldando la entrega de un recurso de reposición con la esperanza de lograr la revocatoria de la resolución. Está demostrado que ningún proceso de minería es viable cuando se interviene un proyecto productivo. La región del Chucurí es un territorio ancestralmente agrícola y ganadero, totalmente sostenible, que no resiste ninguna explotación minera, generando impactos a perpetuidad que arrasarán con todo un ecosistema lleno de vida y riqueza natural.

 

La geopolítica del extractivismo no reconoce la tradición ni el arraigo del campesino, lo desplaza y le destruye su propio modelo de desarrollo, irrespetando su cultura ancestral, e impone un modelo económico inequitativo, el cual arrasa con los recursos naturales.

 

Los megaproyectos extractivistas no son correspondientes con la transición energética hacia un modelo de desarrollo con nuevas normativas, políticas, incentivos, mercados, protocolos comerciales y de ayuda. Pero se requiere organización, investigación y mucha planeación.

 

De acuerdo con el reciente fallo del Consejo de Estado, si bien la minería es una actividad necesaria para la economía del país y para la generación de empleo, la expedición de títulos mineros no puede hacerse, por falta de coordinación entre las autoridades, sin respetar la protección del medio ambiente.

 

La geopolítica del extractivismo no reconoce la tradición ni el arraigo del campesino, lo desplaza y le destruye su propio modelo de desarrollo, irrespetando su cultura ancestral, e impone un modelo económico inequitativo, el cual arrasa con los recursos naturales.

 

Bibliografía

Pardo B., Luis Álvaro, et. Al. (2022). Por una transición amplia, sostenible y democrática. Bogotá, Heinrich Böll Stiftung, 156 p. Disponible en: https://co.boell.org/es/2022/05/06/por-una-transicion-amplia-sostenible-y-democratica

Roa A., Tatiana y Duarte A., Bibiana (2012). Aguas represadas. El caso del proyecto Hidrosogamoso en Colombia. Bogotá, CENSAT Agua Viva, 94 p. Disponible en: https://www.biodiversidadla.org/Documentos/Aguas_represadas_El_caso_del_proyecto_Hidrosogamoso_en_Colombia

Soler V. Juan Pablo (2020). Transición energética en América Latina. Bogotá, CENSAT Agua Viva, 49 p. Disponible en: https://transiciones.info/wp-content/uploads/2020/06/Transicio%CC%81n-energe%CC%81tica-en-America-Latina-IMPRENTA-1.pdf

Webb, Eileen L. (ed.). (2005, junio). Hydrogeology report guidelines. Oregon, Oregon State Board of Geologist Examiners, 34 p. Disponible en: https://people.wou.edu/~taylors/es476_hydro/hydrogeology_report_guidelines_2005.pdf

Ingeniero Químico

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