De Supercomputación y Cálculo Científico UIS hacia el Centro Colombiano de Computación Avanzada: una segunda oportunidad

Esperé hasta la posesión del nuevo gobierno antes de escribir este artículo para Encuentros. Con mucha atención vi, escuché, volví a escuchar, leí y releí el discurso presidencial para encontrarme no sólo con frases compartidas, también con la pertinencia (y la insistencia) que tiene mucho de lo que hemos intentado hacer desde la Universidad Industrial de Santander. Aunque sin un no rotundo, sí esperando esta segunda oportunidad.

 

No es una cuestión de ir en orden estricto sobre las ideas expuestas, pero sí sobre el papel de la colaboración, de la soberanía, del valor de la vida y del conocimiento. En la revista Encuentros número 6 (septiembre de 2020)[1], se escribió sobre la importancia de tener autonomía tecnológica robusta y la necesidad de soberanizar la información y valorar el conocimiento para sobrevivir. La pandemia lo recordó, y la crisis climática actual lo exige. Igualmente, en Encuentros número 11 (marzo de 2021)[2], se mostró no sólo cómo la computación avanzada, las competencias y el conocimiento de alto nivel influyen de manera importante sobre el bienestar de las personas, sino también cómo un trabajo común colaborativo internacional y multidisciplinar nos hace fuerte como región latinoamericana. Nos conectan, nos hacen maduros, y que nos veamos a los ojos entre diferentes actores globales, proponiendo y contribuyendo. Precisamente, en Encuentros número 21 (febrero/marzo de 2022)[3], se muestra cómo el vernos a los ojos, como pares, no es una cuestión de oportunidad sino también de necesidad, y yo agregaría que de responsabilidad social que tenemos desde las universidades públicas, para ser realmente competentes y mejorar no sólo la calidad de la vida humana, sino del planeta.

 .. [] el vernos a los ojos, como pares, no es una cuestión de oportunidad sino también de necesidad .. 

 

En el 2010, iniciamos un proceso para la conformación de un centro para soportar las necesidades de computación avanzada, no sólo en infraestructura y capacidades, sino también en competencias y conocimiento para apoyar la investigación de todos los actores de la UIS, pero también de la región. Cuando lanzamos Supercomputación y Cálculo Científico UIS (SC3UIS), muy rápidamente se generó una expectativa a nivel nacional e internacional. La necesidad de favorecer la construcción y desarrollo de infraestructuras de investigación robustas de gran escala en las regiones (más allá de Bogotá), para servir a todo el país e fortalecer la región latinoamericana y el Caribe y soportar no sólo la generación de conocimiento sino compartirla y apoyar la innovación, en un país en paz, se tomó como algo prioritario en diferentes sectores tanto de gobierno como académicos, por lo que ya no se hablaba de crear un centro en la UIS, sino de valorar y reconocer el patrimonio científico y en capacidades, que desde una universidad pública se desarrollaría como un Centro Colombiano de Computación Avanzada. Fue así como durante la segunda mitad del segundo periodo del gobierno Santos, y en torno al proceso de paz, se trabajó conjuntamente entre actores del gobierno, el sector productivo nacional e internacional, la sociedad y por supuesto la academia, tanto pública como privada, acompañados por actores europeos, los cuales han estado en procesos similares en Europa misma, como en otras partes del mundo.

 

¿Cuál es ese patrimonio en capacidades y conocimiento generado en SC3UIS? Más allá de la inversión en infraestructura, SC3UIS ha sido protagonista en todos los procesos que implican computación avanzada en la región latinoamericana y en Colombia, como en la creación del Sistema de Cómputo Avanzado para América Latina y el Caribe (SCALAC)[4], que se formalizó el 1º de marzo del 2012 en Bucaramanga y actualmente se coordina desde SC3UIS, implicando recursos desde Argentina hasta México, enlazados gracias al consorcio latinoamericano de redes avanzadas, RedCLARA[5]. A nivel colombiano, SC3UIS tuvo la iniciativa de la construcción de la Red Colombiana de Computación Avanzada (LaRedCCA) que, junto con las instituciones miembros de la Red Nacional de Tecnología Avanzada (RENATA)[6], se comparten recursos y datos para proyectos de interés y beneficio general (como el covid-19 o el cambio climático), y hoy SC3UIS es el nodo central y coordina los esfuerzos nacionales en LaRedCCA junto con la Universidad de los Andes. SC3UIS ha soportado ya cientos de proyectos de investigación (decenas externos a la UIS), cursos y entrenamientos nacionales e internacionales (entre los cuales hay que resaltar el Supercomputing and Distributed Systems Camping School, SC-CAMP[7], cuya primera versión se hizo en la UIS). Así mismo, SC3UIS apoyó la creación y fortalecimiento de programas formales (como el doctorado en ciencias computacionales de la UIS, además de diferentes posgrados), conferencias y eventos nacionales e internacionales (como CARLA, la Conferencia Latinoamericana de Computación de Alto Rendimiento[8], cofundándola, siendo hoy en día una de las más importantes a nivel mundial) y el fortalecimiento y creación de capacidades de supercómputo y competencias en cómputo avanzado tanto en instituciones estatales colombianas (como el Centro Colombiano de Biología Computacional y Bioinformática, BIOS; la Armada Nacional, ICP-Ecopetrol, universidades públicas y privadas nacionales), hasta entidades internacionales en América Latina (CEDIA en Ecuador, CINVESTAV-ABACUS en México).

 

.. SC3UIS ha sido protagonista en todos los procesos que implican computación avanzada en la región latinoamericana y en Colombia, como en la creación del Sistema de Cómputo Avanzado para América Latina y el Caribe (SCALAC)

 

Internacionalmente, SC3UIS hace que Colombia esté en el mapa del supercómputo mundial como uno de los lideres continentales de la colaboración en Cómputo de Alto Rendimiento (o HPC de las siglas en inglés, por High Performance Computing) de las Américas[9], que incluye Canadá, Estados Unidos, América Latina y el Caribe; la Colaboración en HPC con Europa, entre las cuales se han generado redes como la Red Iberoamericana de Supercomputación (RISC[10]) siendo SC3UIS uno de los coordinadores del proyecto; y las recientes colaboraciones con África, Asia y Oceanía. Por supuesto, ese reconocimiento igual se tiene con la industria privada global de alta tecnología más allá de los intereses comerciales, permitiendo desarrollar directamente proyectos de investigación en torno a arquitecturas computacionales que van desde el soporte para inteligencia artificial hasta la computación cuántica (como con NVIDIA, Intel, AMD, HPE, Fujitsu, IBM, Dell y Atos).

 

 

¿Qué ha pasado entonces para que Supercomputación y Cálculo Científico UIS no sea el Centro Colombiano de Computación Avanzada?  En una segunda oportunidad, asumiendo responsabilidades y evaluando lo que ha pasado en estos años, lo mejor es cambiar la pregunta y hacerla de otra manera: ¿qué debe pasar para que un país unido, en paz y en fortalecimiento, transforme un recurso nacional creado y en desarrollo desde Santander, principalmente con fondos públicos, en el Centro Colombiano de Computación Avanzada? Parafraseando el discurso de posesión presidencial de Gustavo Petro:  “la ciencia, la cultura y el conocimiento es el combustible del siglo XXI. Vamos a desarrollar la sociedad del conocimiento y la tecnología”.  Ese vamos implica un trabajo como nación y, por supuesto, tanto un reconocimiento como una responsabilidad de los recursos invertidos (y a invertir), como de los actores que han desarrollado capacidades y competencias, por encima de soberbias e intereses personales, regionales y partidistas. Ese desarrollo social desde las regiones para la construcción de un país en paz, aportando a la solución de los problemas planetarios y disminuyendo brechas, es posible valorando iniciativas que, como SC3UIS, contribuyen a la transformación real. Lo ha venido haciendo a pesar de cambios de prioridades, pero cada vez es más difícil sino se logra esa evolución hacia algo para lo cual fue concebido. Y si no pasa, puede desaparecer.

 

 

Las bases para esa realidad son muy sencillas y prácticamente entre planes, acuerdos y documentos generados entre los años 2015 y 2018 se encuentran los formalismos burocráticos, los cuales permiten que no se quede atrapado en la burocracia. La responsabilidad académica y científica la asumirá la Universidad Industrial de Santander, así como el alojamiento de lo que incluso hoy en día es aquel nodo central de computación avanzada en Colombia en el Parque Tecnológico de Guatiguará UIS, en Piedecuesta. Igual, seguiremos coordinando la actividad como país y fortaleciendo las capacidades nacionales. Seguiremos conectándonos con América Latina y el Caribe y de ahí, igualmente siendo protagonistas y apoyando el tratamiento de problemas globales, con colegas de otras culturas, sitios geográficos y disciplinas, pero compartiendo una visión común en pro de la vida y el conocimiento, con una responsabilidad y amor ante una nueva humanidad. Eso lo estamos haciendo hoy, pero han sido años de incertidumbre, difíciles, limitados en recursos, fuera de las prioridades por parte de los tomadores de decisiones a pesar de que a todos les gusta el término Transformación Digital. Pero, así como la responsabilidad académica y científica la asumiría la UIS, el patrimonio que representa en conocimiento y capacidades tecnológicas deben ser observadas por el gobierno, tanto nacional como regional.  Y es ahí donde grandes apuestas como SC3UIS, que se han desarrollado desde lo público, toman un interés nacional y, por eso, nacionalmente debe protegerse y fortalecerse hacia un Centro Colombiano de Computación Avanzada.  Latinoamérica, el Caribe y el mundo en general, se sorprenden de que eso no haya pasado, ya que ese reconocimiento y valor, es visible ante ellos. Puede pasar ahora, pero depende de que nosotros como colombianos reconozcamos, valoremos y le demos esa visibilidad necesaria a esta iniciativa ante los tomadores de decisiones. Es nuestra segunda oportunidad.

 

 

referencias

[1] Barrios Hernández, C. J. (2020, septiembre). Autonomía y soberanía tecnológica y de datos: Lecciones y recordatorios que da una pandemia. Encuentros, (6), pp. 30-32. https://fusader.org/wp-content/uploads/2020/09/6-Edicion-Encuentros.pdf

[2] Barrios Hernández, C. J. (2021, marzo). COVIDATA o la interacción personas y supercómputo para la supervivencia. Encuentros, (11), pp. 49-52. https://fusader.org/wp-content/uploads/2021/03/11-Edicion-Encuentros.pdf

[3] Barrios Hernández, C. J. (2022, febrero/marzo). Productividad, sostenibilidad y visión común: más que una oportunidad, es una necesidad. Encuentros, (21), pp. 47-52. https://fusader.org/wp-content/uploads/2022/03/Revista-Encuentros-21.pdf

[4] Ver: https://scalac.redclara.net

[5] Ver: https://www.redclara.net

[6] Ver: https://www.renata.edu.co

[7] Ver: https://www.sc-camp.org

[8] Ver: https://www.ccarla.org

[9] Ver: https://www.americashpccollaboration.net

[10] Ver: https://www.risc2-project.eu/

Ph. D en Informática y Ciencias Computacionales. Profesor asociado adscrito a la Escuela de Ingeniería de Sistemas e Informática UIS. Director de Supercomputación y Cálculo Científico UIS (SC3UIS). @carlosjaimebh

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