Los árboles de la negligencia

Crónica de un coloso que perdió una de sus alas por acercarse al sol de la desidia, el Teatro Coliseo Peralta. Las fotos que acompañan este texto han sido tomadas por asistentes al teatro, proveídas por la autora, y tomadas del periódico Vanguardia.

 

Es evidente que la propia historia, el propio pasado, se ha comportado de una forma destructora, a veces incluso salvaje, con los elementos patrimoniales. Querol (2020)

 

El Teatro Coliseo Peralta, el corral de comedia español más antiguo de Suramérica, y el teatro más antiguo de Bucaramanga, despertó con un ala rota el pasado domingo 12 de marzo de 2023. Se adujo que las filtraciones de agua en el techo llegaron hasta la tapia pisada del costado norte, y que el fuerte temblor registrado por esos días, fueron los causantes de tan lamentable hecho que se lleva parte de nuestra historia. Sin embargo, más allá de los eventos naturales, la desidia institucional obró ardorosamente, año tras año, para que el Teatro Coliseo Peralta fuera desgastándose hasta perder una de sus alas, y caer estrepitosamente.

 

Aunque el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT) y la Secretaría de Infraestructura de Bucaramanga solicitaron ayuda al Ministerio de Cultura para diseñar los estudios que se requerían para la restauración, y la Alcaldía de Bucaramanga, a través del IMCT compró el Teatro Coliseo Peralta en 2022, nunca se dio conservación preventiva del inmueble, y ni siquiera se prestaron los primeros auxilios de una restauración necesaria e inaplazable.

 

Cuenta la historiadora Angie Rico que, “aunque el Teatro Coliseo Peralta puede requerir el primer teatro de la ciudad por su infraestructura, existe el precedente de una casona adecuada por iniciativa del español Eduardo Torres, quien hacia 1860 adaptó la casa perteneciente a Jacob D’ Costa Gómez para abrir el Teatro Torres”, pero este desapareció hacia 1880. Por su parte, José Joaquín García en sus Crónicas de Bucaramanga narra que en 1893 don Anselmo Peralta construyó una edificación con tapia pisada y bahareque, cuyo propósito no era otro que el de la escena, de allí que además de un amplio patio central abierto, tuvieran tablado, doble fila de palcos en los corredores (68 balcones, entre el primero y el segundo piso) y cinco puertas de acceso.“Situado a media cuadra al sur de la escuela de varones, en el antiguo barrio de La Plazuela, y estrenado por la compañía Azuaga”, nace El Teatro Coliseo Peralta, ubicado en lo que hoy se conoce como carrera 12 # 41-70 de la ciudad de Bucaramanga.

 

En el patio del Teatro Peralta los bumangueses vieron las primeras películas del repertorio Edison, gracias al Vitacospio, el primer proyector de cine mudo que se conoció en Colombia. “La noche del sábado 21 de agosto de 1897, las familias adineradas de Bucaramanga asistieron para conocer el invento que estaba conmocionando al mundo”, y podrán disfrutar de las películas: “ El baile de las palomitas , El martirio de Juana de Arco y La serpentina ”. Por ello, el Centro de Documentación Teatral Coliseo Peralta, consciente del valor de la historia, dio este nombre a los ciclos que proyectaron durante años en el Teatro Peralta, y que siguen compartiendo en la Casa Taller Jaulabierta, como Vitascopio, espacio para el cine .

 

Finalizando el siglo XIX, en el departamento de Santander estalló la Guerra de los Mil Días (1899-1902), que resultó nefasta para el país, y el Teatro Coliseo Peralta fue convertido en un improvisado hospital para atender a los heridos de las batallas. Luego, recobró su sentido cultural y de esparcimiento al convertirse, prácticamente, en el único lugar de la ciudad que apoyaron espectáculos de zarzuela, danza, teatro, funciones de variedades, proyección de películas en el espacio denominado Cine Pathé, acrobacia y circo. Bajo sus tejas de tipo español y en su patio fueron acogidas las artes, pero también las corridas de toros, peleas de boxeo, circuitos de patinaje y hasta riñas de gallos. Es curioso y muy gracioso el mensaje publicitario publicado en el periodico El Esfuerzo, en 1913, con el cual El Teatro Peralta anuncióba el retorno a sus actividades: “El Teatro Peralta está nuevamente al servicio del público para toda clase de espectáculos decentes”, lo cual resultó diciente de la mentalidad de la época.

 

Para 1916, “la casona del Teatro Peralta, criticada constantemente por sus precarias condiciones, seguía siendo el único escenario para espectáculos en la ciudad”, afirma Angie Rico. Tras la muerte de Anselmo Peralta, en 1921, el Teatro Peralta fue adquirido por Emilio Garnica, y luego cedido a entidades de beneficencia como la sociedad San José de Bucaramanga, adscrita a la parroquia de San Laureano.Luz Alejandra Bravo, actriz de Jaulabierta, quien también se ha interesado por la historia del lugar, evoca cómo el Teatro Peralta por poco termina convertido en un taller de latonería, si no es porque el Club Kiwanis de Bucaramanga decide comprarlo, gracias a la insistencia del dramaturgo y médico psiquiatra Joaquín Casadiego, quien hizo parte de esta institución, e impulsó su restauración en 1984. Posteriormente, su hija,

 

Declarado patrimonio histórico nacional el 24 de noviembre de 1975, por medio del decreto 292, el coloso (Teatro Coliseo Peralta), flexible desde sus cimientos, fue sede de la Corporación Teatro Comos, fundada y dirigida por Libardo Vargas, unión que presentó obras en este lugar, como la farsa y tragicomedia del Conde de Cuchicute y Guanentá , Lisístrata , Colón , entre otros montajes. El Teatro Peralta también acogió la unidad de extensión cultural de la Universidad Cooperativa de Colombia, y finalmente a la Corporación Taller de Teatro Jaulabierta, dirigida por Jaime Alfonso Lizarazo, que fue la encargada desde el 2012 de su programación artística y cultural, y que llegó a estrenar montajes, como De memorias ,En Prisión , Guarneciendo la piel , Entonces no hubo jueves , En Tránsito , Kronópolis , Por siempre primavera , Confesiones ficcionales , Murmullos del tiempo , y su más reciente creación, Amor Tarifado , obra que simbólicamente conectó el pasado asociado al Teatro Peralta y el presente que se respira en la Casa Taller Jaulabierta, de la calle 42 # 11-64, felizmente ubicada frente al costado sur del Teatro Peralta, con tan solo cruzar la acera.

 

De igual forma, semana tras semana, se realizó en el Teatro Peralta el Laboratorio Permanente de Investigación Teatral Jaulabierta, semillero de varias generaciones de actores y actrices en nuestra ciudad, quienes encontraron en este lugar una ventana siempre abierta a la imaginación y la formación teatral . Ellos supieron dar vida a este espacio y compartir el tablado incluso con las palomas que, por momentos, parecieron apoderarse del escenario. Para Myriam Johana Torres, integrante del Taller Jaulabierta, “este es un espacio de encuentro con diferentes cuerpos, en el que las voces diversas se escuchan, y en el que tenemos la oportunidad de compartir con otros maestros y poner a prueba nuestra creatividad y nuestras corporales para integrar los aprendizajes previos con lo que nace en el laboratorio y crear cosas nuevas, hacer algo siempre diferente que ponga al cuerpo en una disposición que no conocía, y de manera colectiva, lo cual agudiza la escucha”. Y para Daniel Olarte, otro de sus integrantes, que ya lleva ocho años en el grupo, lo define como: “un pretexto empecinado por la existencia de un espacio, un no lugar, de encuentro, para que los seres podamos acercarnos a palpar, oler, probar, oír y cuestionar el quehacer del arte escénico. El laboratorio no es un espacio solo para la gente nueva, es un lugar de entrenamiento constante de nuestra herramienta fundamental, el cuerpo, que nos permite estar en permanente exploración de la imposibilidad”. Por suerte, el taller sigue reinventándose en Casa Jaulabierta. otro de sus integrantes, que ya lleva ocho años en el grupo, lo define como: “un pretexto empecinado por la existencia de un espacio, un no lugar, de encuentro, para que los seres podamos acercarnos a palpar, oler, probar, oír y cuestionar el quehacer del arte escénico. El laboratorio no es un espacio solo para la gente nueva, es un lugar de entrenamiento constante de nuestra herramienta fundamental, el cuerpo, que nos permite estar en permanente exploración de la imposibilidad”. Por suerte, el taller sigue reinventándose en Casa Jaulabierta. otro de sus integrantes, que ya lleva ocho años en el grupo, lo define como: “un pretexto empecinado por la existencia de un espacio, un no lugar, de encuentro, para que los seres podamos acercarnos a palpar, oler, probar, oír y cuestionar el quehacer del arte escénico. El laboratorio no es un espacio solo para la gente nueva, es un lugar de entrenamiento constante de nuestra herramienta fundamental, el cuerpo, que nos permite estar en permanente exploración de la imposibilidad”. Por suerte, el taller sigue reinventándose en Casa Jaulabierta. El laboratorio no es un espacio solo para la gente nueva, es un lugar de entrenamiento constante de nuestra herramienta fundamental, el cuerpo, que nos permite estar en permanente exploración de la imposibilidad”. Por suerte, el taller sigue reinventándose en Casa Jaulabierta. El laboratorio no es un espacio solo para la gente nueva, es un lugar de entrenamiento constante de nuestra herramienta fundamental, el cuerpo, que nos permite estar en permanente exploración de la imposibilidad”. Por suerte, el taller sigue reinventándose en Casa Jaulabierta.

 

Jaime Lizarazo, director del Laboratorio Permanente de Investigación Teatral Jaulabierta, en sus primeras declaraciones a los medios, luego de que colapsara el Teatro Peralta, manifestó que: “hace un año salido de este espacio ante la inminencia de un problema estructural que podría terminar en lo que desgraciadamente terminó, el derrumbe de la zona norte del Teatro Coliseo Peralta. Un golpe en la historia cultural de nuestra ciudad, pues 137 años de historia se inició al piso. Si duramos 10 años para reconstruir el Teatro Santander, imagínese cuánto puede durar la reconstrucción del Teatro Coliseo Peralta. Yo me imagino que todo se irá al piso”. Quince días después del derrumbe del muro del Teatro Coliseo Peralta, habló nuevamente para la revista Encuentros, refiriéndose a este hecho como una “visión estremecedora, casi horrorosa, de lo que ya venía presintiendo desde hace años. Después de haberlo habitado con tanta pasión, con tanto anhelo, con los deseos de que ese espacio sirviera como una pequeña fortaleza donde sucedían las artes para la ciudad, especialmente el teatro, verlo caer fue muy doloroso”, sentenció.

 

El Teatro Coliseo Peralta fue sede de la realización de distintos festivales de rock y metal en Bucaramanga. Recuerda Javier Castro, en entrevista concedida al periódico El Tiempo , cómo “en junio de 1996 lideró en el teatro Peralta el montaje y realización de ‘Ciudad Pogo’, un concierto organizado en el marco de los Juegos Nacionales”. Allí llegó a presentarse la legendaria agrupación de rock La Pestilencia, en 2006, y desde 2007 se abrieron las puertas del teatro al festival Totalrock Bucaramanga, considerado el festival de rocky metal más importante del oriente colombiano, en el que alternaron bandas internacionales, nacionales y de la escena local. Lo mismo podría decirse de otros géneros y ritmos musicales como el bullerengue, la cumbia, el jazz , el bambuco o el vallenato.

 

La danza, la poesía, la lectura dramática, los talleres de mediación de lectura, la promoción de fanzines, quizás un espacio asegurado dentro de la programación del Teatro Coliseo Peralta. Proyectos como El Peralta en las tablas, el Festival Internacional de Títeres ‘Santander, territorio de mis sueños’, el Encuentro de Narración Oral ‘Un cuentero Con-boca’, el Festival de Teatro ‘Santander en escena’, o el Festival Internacional de Performance ‘Acciones al margen’, concertados con el Ministerio de Cultura de Colombia, dejaron huella imborrable en la ciudad, legado que seguirá vivo desde la Casa Taller Jaulabierta.

 

Neryth Yamile Manrique, artista plástica y de performance, líder de la Corporación Escenarios de Mujer, quien habitó y cuidó en muchos sentidos el Teatro Coliseo Peralta, considera que este espacio fue “una casa muy grande para respirar, mirar el jardín, el cielo, la noche, y dimensionar el mundo de una manera diferente a la vida cotidiana, una burbuja en medio de la ciudad para aislarse del ruido y el caos, un lugar tranquilo para pensar cómo crear en conjunto con los otros. En pandemia, por ejemplo, mientras todo el mundo estaba en sus casas, sintiendo el encierro y el temor, paradójicamente estar trabajando en el Coliseo Teatro Peralta y cuidando el lugar, fue un alivio y una fortuna, todo un refugio. Incluso, continuamos con la programación cultural haciendo transmisiones desde el coliseo, pero sin público. Ya cuando pudimos regresar, fue una fiesta. El Coliseo fue una gran casa para crear desde diferentes contornos y planear proyectos alternativos para la ciudad, un espacio que congregó a muchos artistas de distintas expresiones. Dentro de los proyectos destacados al interior del Coliseo, están El Centro de Documentación Teatral Coliseo Peralta, que nació en 2006, con material literario de la biblioteca documental, de libre consulta, en la que encontrarán libros de teatro, composición o dramaturgia, y obras fundamentales de la literatura, y que fue trasladado a Casa Jaulabierta. De igual forma, el Festival Internacional de Performance, Acciones al margen, que nació en 2013, y sus primeras nueve versiones tuvieron como sede principal el Teatro Peralta, con la participación de artistas nacionales e internacionales provenientes de España, Canadá, Brasil, México, Argentina, entre otros, que podemos intercambiar sus experiencias con artistas locales y el público en general”. Las artes plásticas también se encontraron en el Teatro Peralta. En las paredes del coliseo y en el patio central, podrán exhibir sus obras artistas como Augusto Vidal, Antonio Juárez, Santiago Hérmes, César Chaparro, Milton Afanador, Walter Gómez, Henry Olarte, Natalia Ortiz, Manuel José Jaimes y María Zulima Guerrero, entre otros

 

Cómo olvidar que distintas agrupaciones teatrales internacionales, nacionales y locales encontraron un espacio para compartir su quehacer artístico en el Teatro Peralta. Allí llegó a participar nada menos que uno de los padres del teatro moderno colombiano, el maestro Santiago García, fundador y director del Teatro La Candelaria por muchos años, quien afirmó del coloso, en su momento: “Nosotros hemos actuado allí y es una maravilla de teatro. Es una cosa importantísima para el país tener un corral de comedia española y el Coliseo Peralta es una joya y una reliquia que hay que conservar. Su historia me parece un pecado enorme del país y sería magnífica que alguna institución con las capacidades de restaurarlo lo comprara”. Más tarde, sería su discípulo, el actor César Badillo, quien evocara cómo el Teatro Coliseo Peralta hizo parte de su imaginario infantil, influyó decididamente en su elección por las tablas: “Me acuerdo cuando tenía como diez años, acá en este teatro me presenté. Para mí, que era un niño, eso era una magia”.

 

Luego de una campaña para rescatarlo, liderada por Jaime Lizarazo, a la que fue sumándose la comunidad bumanguesa, se volvió nuevamente el foco de atención al Teatro Coliseo Peralta como símbolo arquitectónico, espacio cultural de las artes en la ciudad, monumento y patrimonio nacional. Incluso, desde la academia se formularon proyectos de restauración del Teatro, como lo sugirió la arquitecta Laura Celis, de la Universidad Santo Tomás de Aquino. Sin embargo, la financiación requerida para su restauración nunca llegó, tan solo los discursos politiqueros de las buenas intenciones que nunca se concretaron, mientras el comején, la humedad, las goteras y las grietas hacían lo suyo.

 

El teatro, finalmente, fue comprado al Club Kiwanis por la Alcaldía de Bucaramanga, a través del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga, por un valor de 1100 millones de pesos, el pasado 19 de septiembre de 2022. A pesar de ello, el tiempo corría como una clepsidra sin tregua, y la falta de voluntad política, así como la negligencia del Comando de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, que evadió la responsabilidad de cuidar el techo colindante al Teatro, al dejar escombros junto a la pared del Coliseo , un pequeño basurero que fue mezclándose con la lluvia para hacer su trabajo de demolición, hizo que el coloso se viniera a tierra, y no pudiese salvarse. “El desinterés de la sociedad en general por el Teatro Coliseo Peralta fue terrible”, anota Jaime Lizarazo.

 

En el año 2021 se cayó el primer techo colindante con la policía, y cuando la Alcaldía de Bucaramanga decidió comprar el Teatro no lo atiende de inmediato para evitar que la humedad siguiera filtrándose. Por fortuna, cuando cae el muro del Teatro Peralta, la Corporación Taller de Teatro Jaulabierta ya había entregado el lugar, y tampoco había programación abierta al público, pues habría podido ocasionarse pérdida de vidas humanas.

 

El 23 de marzo de 2023, el equipo de periodistas Opina Santander, conversó con el director del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Santander, Luis Carlos Silva, quien anunció que “desde el día 18 de marzo, la secretaría inició obras en el Teatro Coliseo Peralta para restaurar y evitar futuros daños. El Instituto tiene protegido al coliseo con una póliza multirriesgo, por lo que todo irá por cuenta de una asegurada. Con arquitectos patrimoniales se están realizando las cotizaciones necesarias para la obra”, expresó. El presupuesto destinado a esta obra es de alrededor de 203 millones de pesos, con el que se cubrirá los primeros auxilios del bien patrimonial, puesto que para restaurar el Teatro Coliseo Peralta se requiere una gran inversión. El arquitecto Jaime Higuera, quien recientemente fue el encargado de intervenir el ala sur del Centro Cultural del Oriente con un proceso interior de reforzamiento, expresó en relación con la situación actual del Teatro Coliseo Peralta, que: “cambiaría el término restauración por el de intervención, dado que la restauración es una manera de recuperar el estado original, auténtica de una edificación y requiere de estudios científicos profundos, mientras que la intervención es su recuperación inmediata, naturalmente de forma técnica. Entonces, para intervenirlo, el Coliseo ofrece situaciones de características especiales: 1. Estaba anunciado el colapso en ese sector y se hubiera podido evitar y ha podido ser mayor. 2. La edificación en su totalidad debe someterse a un reforzamiento estructural con sistemas que hemos utilizado en otros proyectos. 3. Se deben reciclar todos los materiales servibles”. Al preguntarle por el costo de dicha intervención, expresó que “sin existir estudios previos, tanto arquitectónicos como estructurales y técnicos, puede rayarse en inexactitud. Sin embargo, por experiencia propia, con precios de hace un año, este tipo de intervención costó 2 700 000 el metro cuadrado, incluyendo el reforzamiento estructural. El tiempo de ejecución con aproximadamente 1600 metros cuadrados intervenidos, es de 18 meses. Así que, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo tiene un cargo esta mano de obra, y junto con la Administración Municipal debe liderar este evento”. Amanecerá y veremos cuál será el papel de las administraciones de Patrimonio Cultural en nuestra ciudad. expresó que “sin existir estudios previos, tanto arquitectónicos como estructurales y técnicos, puede rayarse en inexactitud. Sin embargo, por experiencia propia, con precios de hace un año, este tipo de intervención costó 2 700 000 el metro cuadrado, incluyendo el reforzamiento estructural. El tiempo de ejecución con aproximadamente 1600 metros cuadrados intervenidos, es de 18 meses. Así que, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo tiene un cargo esta mano de obra, y junto con la Administración Municipal debe liderar este evento”. Amanecerá y veremos cuál será el papel de las administraciones de Patrimonio Cultural en nuestra ciudad. expresó que “sin existir estudios previos, tanto arquitectónicos como estructurales y técnicos, puede rayarse en inexactitud. Sin embargo, por experiencia propia, con precios de hace un año, este tipo de intervención costó 2 700 000 el metro cuadrado, incluyendo el reforzamiento estructural. El tiempo de ejecución con aproximadamente 1600 metros cuadrados intervenidos, es de 18 meses. Así que, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo tiene un cargo esta mano de obra, y junto con la Administración Municipal debe liderar este evento”. Amanecerá y veremos cuál será el papel de las administraciones de Patrimonio Cultural en nuestra ciudad. este tipo de intervención costaba 2 700 000 el metro cuadrado, incluyendo el reforzamiento estructural. El tiempo de ejecución con aproximadamente 1600 metros cuadrados intervenidos, es de 18 meses. Así que, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo tiene un cargo esta mano de obra, y junto con la Administración Municipal debe liderar este evento”. Amanecerá y veremos cuál será el papel de las administraciones de Patrimonio Cultural en nuestra ciudad. este tipo de intervención costaba 2 700 000 el metro cuadrado, incluyendo el reforzamiento estructural. El tiempo de ejecución con aproximadamente 1600 metros cuadrados intervenidos, es de 18 meses. Así que, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo tiene un cargo esta mano de obra, y junto con la Administración Municipal debe liderar este evento”. Amanecerá y veremos cuál será el papel de las administraciones de Patrimonio Cultural en nuestra ciudad.

 

Por lo pronto, esta es la historia del Teatro Coliseo Peralta, y tal parece que también es la historia de nuestro patrimonio. Entre tanto, allí quedó el Teatro Coliseo Peralta, como un Ícaro que se remonta hasta la cúspide y se quema con el sol. Ese fue el precio de su vuelo, se dio cuenta de topes con la desidia institucional que no deja en pie ni siquiera a un bien cultural cuyo valor salta a la vista, imponente como una catedral y negado por quienes eran los responsables directos de su tenían.

 

En medio de los escombros, anegados por el agua, han nacido árboles, que al parecer son yarumos, y que los artistas de Jaulabierta han bautizado como los árboles de la negligencia, con justa razón.

 

¡Gracias Teatro Coliseo Peralta! por todo el arte que durante décadas vistió tus muros y cada rincón de tu bella estructura. Ojalá veamos a este fénix renacer de sus cenizas.

 

 

Referencias

 

García, José Joaquín (1982). Crónicas de Bucaramanga [1896]. Bogotá, Banco de la República, 499 p.

 

Niccon (2013, febrero 16). Javier Castro, la voz del rock. El Tiempo, Bogotá. https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-6026131

 

Opina Santander (2023, marzo 23). Inician obras de primeros auxilios para el Teatro Coliseo Peralta. La Cultural, Bucaramanga. https://www.emisoracultural.gov.co/inician-obras-de-primeros-auxilios-para-el-teatro-coliseo-peralta/

 

Querol, María Ángeles (2020). Manual de Gestión del Patrimonio Cultural . Madrid, Akal, 544 p.

 

Rico Agudelo, Angie (2013). Bucaramanga en la Penumbra: la exhibición cinematográfica, 1897-1950 . Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 232 p.

 

 

Comunicadora social, magister en Semiótica y doctora en Comunicación. Actriz del Colectivo Teatral Diente de León

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